Las esculturas de Tàpies aterrizan en Chillida Leku

Antoni Tàpies inaugura una línea expositiva de artistas invitados en Chillida Leku con una muestra de esculturas que se inaugura el 10 de junio

01. «Cap embenat I», Antoni Tàpies 1989

Una nueva línea expositiva amplía el universo Chillida en el Caserío Zabalaga. Un programa de artistas invitados con grandes figuras contemporáneas al artista donostiarra llevarán a Chillida Leku obras con el objetivo de enriquecer y abordar su legado a través del trabajo escultórico de otros creadores. 

Antoni Tàpies es el primero de estos ‘invitados’ al que Chillida Leku dedicará, entre el 10 de junio y el 10 de enero de 2023, una muestra integrada por una selección de obras de pequeño y gran formato, fundamentalmente esculturas, fechadas entre los años 80 y 90 del siglo XX.  

Tàpies en Zabalaga 

Con el nombre de Tàpies en Zabalaga, la exhibición busca  homenajear al excepcional creador barcelonés cuya obra, al igual que la de Chillida, marcó la evolución del arte moderno y contemporáneo. 

Desplegadas en el piso superior del caserío Zabalaga, las obras de Tàpies entablarán un diálogo directo con las piezas del escultor vasco, que se expondrán en la planta baja, así como con el propio espacio. La muestra cuenta con la colaboración de la Fundación Antoni Tàpies y de la familia Tàpies, así como con préstamos de diversas colecciones privadas. 

Antoni Tàpies trabajando en el taller de Hans Spinner en la escultura Composició (1991).

El museo aborda esta nueva línea de trabajo como un “reto apasionante”, según explica la directora de Chillida Leku, Mireia Massagué, para quien “sin duda, la obra y la figura de Antoni Tàpies son perfectas para entablar un diálogo con el legado histórico de Eduardo Chillida y esta exposición hunde sus raíces en los principios comunes que guiaron la vida y la práctica artística de ambos”. 

Gran parte de las esculturas que se expondrán en el caserío Zabalaga están realizadas con tierra chamota, un material que actúa como nexo de unión entre ambos artistas

Tàpies y Chillida 

La elección del artista catalán como primero de los ‘invitados’ de Chillida Leku tiene su origen en el extraordinario paralelismo existente en las trayectorias vitales de estas dos grandes figuras del arte del siglo XX. Las biografías de Antoni Tàpies y Eduardo Chillida guardan varios puntos en común y presentan itinerarios paralelos que convergen en diversos momentos históricos y creativos. 

También coincidieron en el uso de determinados materiales, como la tierra chamota, en la que están realizadas gran parte de las esculturas que integran la exposición. Fue en 1981 cuando Tàpies comenzó a experimentar con las posibilidades de esta técnica en el taller del ceramista Hans Spinner.  

Eduardo Chillida junto a Antoni Tàpies en una exposición de Miró en Barcelona (1997).

En esta época, el artista catalán recibió varias invitaciones para acudir a trabajar la cerámica al taller del galerista Aimé Maeght en Saint-Paul-de-Vence (Francia). Chillida, que había descubierto este material en esos mismos hornos, insistió entonces a Tàpies para que aceptara la invitación y se animará a trabajar con la tierra chamota. Es entonces cuando comienza su producción de barros cocidos. 

Los paralelismos continúan también en el plano teórico: en su trato con la materia y su voluntad de trascenderla como camino hacia la espiritualidad, en la presencia de la filosofía y la poesía en sus obras o en el interés por el espiritualismo oriental. Todo ello cristaliza en un enfoque humanista del trabajo artístico con el que ambos artistas subrayaban la capacidad transformadora del arte. 

Las obras de Tàpies, algunas de las cuales podrán verse por primera vez fuera de la Fundación Antoni Tàpies, ponen en evidencia el lenguaje propio y distintivo del artista y permitirán que el público que se acerque al caserío Zabalaga descubra también el repertorio iconográfico del artista catalán. 

a.
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